Viaje al interior de la noche (Cuarteto Hagen - L'Auditori)

Las tres obras que componen este programa comparten, con su forma y a su forma, un lirismo muy particular que entra en disonancia con las dificultades (personales, políticas o estéticas) por las que atravesaban sus compositores cuando fueron creadas. El ya mítico Cuarteto Hagen se presenta como el perfecto anfitrión para emprender este viaje (lírico) al interior de la noche. 

Como en toda la obra de Shostakovich, su música está íntimamente ligada con el contexto en el que fue creada. En 1948, Shostakovich fue acusado de “formalismo" e "influencia de la música occidental” en sus composiciones, prohibiéndose la interpretación de gran parte de su música, y siendo expulsado de su plaza como profesor del conservatorio, su principal sustento económico. 

En este momento Shostakovich se vio obligado a centrarse en la composición de música para cine, y de obras “oficiales” para asegurar la “rehabilitación oficial”. El Cuarteto de Cuerda Nº 4 en Re Mayor fue compuesto en “secreto” en 1949, y presentado públicamente tras la muerte de Stalin en 1953. Para este cuarteto Shostakovich se inspira en diferentes melodías judías, pero también en lo que para el compositor representaban: “los judíos se convirtieron en un símbolo para mí. Se concentra en ellos toda la fragilidad humana”, afirmó Shostakovich. 

En 1907, Arnold Schoenberg, maestro de Webern, escribe en uno de sus memorándum: “Webern está escribiendo piezas cada vez más cortas; sigue mis desarrollos. Siempre intenta adelantarse en todo…”. Estas palabras de Schoenberg ejemplifican el clima de búsqueda y de cambio, de urgencia incluso, que existía entre los y las creadoras en la Europa de principios del siglo XX. 

Los Cinco movimientos para cuarteto de cuerda de Anton Webern, compuestos en 1909, contienen toda la atmósfera de radicalidad de su época. La extrañeza, la búsqueda, o el lirismo elegíaco, se presentan en cinco movimientos que, como es usual en Webern, se desarrollan de forma breve y concisa, pero tremendamente sugerente. 

El programa concluye, en este viaje temporal invertido, con Franz Schubert. Schubert no había vuelto a escribir cuartetos de cuerda desde su adolescencia, pero volvió al género nuevamente en 1820. A partir de 1822 Schubert comienza a tener serios problemas de salud que le acompañarán durante los próximos años. La experiencia adquirida como compositor y posiblemente las dificultades de salud, hacen que sus nuevos cuartetos adquieran una profundidad y un lirismo nuevos. Este es el caso del Cuarteto de Cuerda Nº 13 Rosamunda, compuesto en 1824, el mismo año en que Beethoven -a quien Schubert admiraba enormemente- estrena su Novena Sinfonía. El “apodo” de Rosamunda viene del uso que Schubert hace, para el segundo movimiento, de un tema de su obra obra orquestal previa titulada igualmente Rosamunda.